REFLEXIÓN SOBRE LA NAVIDAD

(«Una riflessione sul Natale»)

Dario Chioli

[traducido por Ricardo R. Laudato, 20-12-2011]

¡Oh mundo de deseo, en el que los deseos mezquinos casi parecen sofocar el verdadero deseo!

¡Oh hombre de deseo, que pareces tan frágil en la triste reunión de los poderes del mundo!

Todos los días sales al mundo escondido bajo el velo de la incomprensión; no hay quien comprenda y ame; no hay quien escape de estas ilusiones terribles que ofuscan la mente.

Todos buscan guijarros y cenizas a los que llaman oro y riqueza, poderío y fama, todas cosas cuyo destino es la destrucción.

Y el alma reluciente que escolta al Rey vencedor no tiene compañía. ¡No hay cortejo que la acompañe!

El niño, nacido en la oscura gruta del centro del mundo, crece desconocido por todos. Lanza algún rayo inquietante sobre el mundo; pero los ojos ofuscados de sus semejantes ven poco, y sus corazones olvidan con rapidez… ni ven como, aunque asesinado, resurge y alcanza la morada del misterio.

Amigos, dirijamos la mirada hacia el centro de nuestra alma, y en este desierto súbito busquemos al niño que fuimos; busquémoslo escondido en la aurora de nuestro deseo, en el ocaso de los deseos de este mundo. Cuando se fundan ambos crepúsculos, en un instante de silencio fuera del tiempo, recogeremos el diamante de la comprensión.

[19.XII.2011]